martes, 20 de enero de 2009

La vida depende de lo que se Mama - Primera Parte

El niño que mama casi no se enferma y si se enferma evoluciona mejor

Axioma en la medicina pediátrica, escuchada en los días de formación médica en cualquier aula de casi cualquier facultad de medicina, de cualquier universidad en el mundo.

Efectivamente, la leche materna es rica en nutrientes y defensas orgánicas y sicológicas, constituye una vacuna oral múltiple, es más económica, se lleva a todas partes, no necesita calentarse pues está a la temperatura ideal y viene en un envase precioso.

Es el alimento ideal al menos durante los dos primeros años de vida.

Su aporte adecuado depende de la madre y del padre. El futuro orgánico está casi asegurado al menos para la primera década del menor.

¿Y el futuro sicológico?

Teóricamente se podría pensar que un niño alimentado al seno tendría todo el potencial para ser un sujeto adulto, maduro, productivo y FELIZ. Sin embargo no es del todo cierto. Muchas madres: solteras, divorciadas o abandonadas, o "resignadas" que sufren maltrato permanente, por su estado civil o su situación de desintegración familiar, su pobreza, marginación, alimentan a sus hijos con salobres y amargos tragos de leche, que aunque nutritivos, no lograrán el cometido de convertirlos en personas maduras, productivas y FELICES.

Lograrlo depende de la célula primordial de toda sociedad: la familia.

Existe una hipótesis: Si los niños mamaran hasta los 4 años de edad, se podría reducir a la mitad la delincuencia.

Se argumenta que:

  1. la lactancia sirve de anticonceptivo natural, y logra el espaciamiento de los hijos, como puede constatarse con las familias de dos generaciones anteriores, antes de iniciar la anticoncepción farmacológica. Los hermanos nacían cada 2 años.
  2. Ese espaciamiento evita el abandono y destete temprano del primer hijo al nacer el segundo, pues cuando nace este, el primero ya consume todo tipo de alimentos, es independiente, tiene muchas actividades y sobre todo: no compiten por la teta, ni por la comida complementaria.
  3. Cuando los nacimientos son anuales, el primero aun no es independiente, cuando ya nació el segundo, pues la ovulación continuó y el embarazo fue inevitable. La competencia se inicia: el primer hijo tiene que robarle la comida al segundo, pues mamá se ocupa del tercero y si papá no está: por ausencia involuntaria por la pobreza, el trabajo, o voluntaria por ignorancia, irresponsabilidad o vicio. Aquí se inicia muchas veces el futuro de las familias de la siguiente generación.
  4. En la realidad de un hogar pobre y marginado la falta de techo, alimentos, juguetes, vestidos, cobijas, afectos, solidaridad social, es lacerante e interpelante.


En México la pobreza e indigencias continúan creciendo y al mismo ritmo la delincuencia y la inseguridad: la obtención de dinero fácil, o de más cantidad que la que se puede obtener sin un trabajo o con trabajos mal pagados, como con los que se tiene que conformar el pueblo, son una verdadera tentación.

"Mis hijos tienen hambre", "no hay trabajo", "apenas el salario mínimo", "no me dan seguro social que porque soy de confianza... que si así no quiero, hay muchos esperando".

La familia es donde se forman lo valores, pero sola, sin la solidaridad social, del gobierno, de la empresa privada, de los partidos políticos, de las asociaciones religiosas o cívicas, fracasa.

El día 14 inició en México el VI Encuentro Mundial de las Familias: preparado por la Iglesia Católica, y desafortunadamente acuerpado por el presidente de México, pues eso le da un cariz partidista, sobre todo en nuestro país.

Nadie podrá negar esa verdad de perogrullo que la familia es el núcleo formador de todo pueblo feliz y libre. Y que la sociedad y el estado gobernante, deben ser baluartes para su desarrollo. Baluartes en TODOS los sentidos: espiritual, material, proporcionándole los medios para: una buena alimentación, un trabajo y salario dignos, una educación universal, de calidad libre y gratuita, una atención a la salud universal y gratuita, vestido, habitación, recreación y esparcimiento, libertad de pensamiento, de expresión y acción. Con la única restricción del respeto al derecho de los otros. Sin confundir normatividad con represión, ni libertad con libertinaje.

"mis derechos terminan donde empiezan los de los demás"


Continua...

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